jueves, 14 de abril de 2011

El Monumento a León Ortega en Huelva Información

Isla Chica albergará el Monumento a León Ortega

El Colegio de Arquitectos visita el taller de Alberto Germán Franco en Aracena para ver la evolución de la obra
I. Gallego / Huelva 14.04.2011
zoom

Molde de arcilla del conjunto escultórico de Alberto Germán Franco.

La impronta del escultor e imaginero León Ortega se tradujo en más de 400 obras en una prolija trayectoria artística que durante 50 años tuvo sede en la capital onubense. La barriada de Isla Chica, donde el ayamontino pasó los últimos años de su vida, albergará el homenaje por el que desde hace tres años trabaja la asociación pro monumento al escultor León Ortega, creada por Juan Antonio Riquelme en la conmemoración del centésimo aniversario de su nacimiento. La estatua que alumbra Alberto Germán Franco en Aracena se ubicará en la Plaza Fray Genaro Prieto, espacio triangular de la confluencia de Pío XII y Alcalde Federico Molina, zona en la que residió León Ortega.

Para visualizar el respaldo institucional a esta iniciativa, el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva, Gonzalo Prieto, se trasladó esta semana al taller donde se perfila el grupo escultórico, de imponente dimensión, que se encuentra terminado en su molde de arcilla y preparado para su definitiva fundición en bronce y representa la figura del escultor León Ortega modelando la forma del Cristo de la Lanzada que va naciendo de una roca, como símbolo del crecimiento material de su obra. El conjunto irá sobre un pedestal de acero cortén de dos metros de altura.

"El Colegio de Arquitectos de Huelva -destacaron ayer desde la institución-, en su constante colaboración con las actividades artísticas y culturales de nuestra provincia, muestra su apoyo y colaboración con esta asociación para resaltar, con el monumento, la figura de este insigne creador que aportó todo su arte para beneficio de la cultura onubense".

jueves, 7 de abril de 2011

El Taller de San Cristobal en Odiel Información de Huelva


Un recuerdo para la calle San Cristóbal, el ateneo de la capital onubense
06/04/2011   Nuria G. Arrayás




Ayer tuvo lugar una mesa redonda donde se rindió homenaje al taller que creó el pintor Pedro Gómez junto al escultor León Ortega
En ocasiones, algunas voces critican la escasa programación cultural que existe en la provincia. Con razón o sin ella, lo que sí es cierto es que durante muchos años, la calle San Cristóbal de la capital contó con un auténtico ateneo de las artes en Huelva gracias al taller que puso en marcha el pintor Pedro Gómez junto al escultor Antonio León Ortega.
Ayer, en la sala de exposiciones del Hotel París, se quiso “recuperar una parte importante de la cultura de Huelva y de la que se habla poco: el taller de la calle San Cristóbal” contando con la presencia de “los protagonistas que vivieron esa etapa personalmente”, comentó el moderador de esta mesa redonda, Rafael José Terán.
Así, en este encuentro estuvo presente el hijo del escultor León Ortega, Antonio León Ferrero, quien recordó que “en mi casa, la demolición de San Cristóbal fue un drama”. “Tanto para Antonio como para mi abuelo, a partir de ese momento se le acabó la vida”, explicó Francisco Pérez Gómez, nieto de Pedro Gómez, de hecho, el pintor murió poco después de que derribaran el taller, en el año 61.
“Tengo grabado perfectamente en mi memoria cómo mi abuelo iba contemplando desde la ventana de su casa -que se encontraba justamente frente al taller- cómo los obreros iban derribando el estudio”, recordaba ayer el nieto de Pedro Gómez. Y es que aquel centro no sólo era un punto de encuentro para los artistas, sino también para todos los intelectuales onubenses y de todos los que pasaban por la provincia. Además, los periódicos eran lectura obligada diaria “buscando el posible mensaje subliminal que venía detrás”, recordó José María Franco, que también participó en la mesa redonda.
Lugar de intelectuales
Todos los presentes en esta mesa redonda recordaron las continuas tertulias que tenían lugar en el taller mientras se trabajaba. Como afirmó Franco, “soy hombre de tertulia por lo que aprendí allí, donde había tertulias abiertas y llenas de arte”. Un recuerdo con el que todos estuvieron de acuerdo, como explica el nieto de Pedro Gómez “había un respeto exquisito a todas las opiniones de todo aquel que entraba”.
“Allí los maestros trabajaban siempre charlando, las tertulias eran algo habitual”, afirmó Juan Manuel Seisdedos, que se incorporó al taller cuando tenía 15 años pues “en aquel momento no había otro sitio en Huelva donde poder aprender”.